TEXTO NARRATIVO DE PAULA S., DE 1º BACH-A
Después de varios meses buscando, al fin he encontrado la ciudad. Todo estaba en silencio, no había nadie en las calles y no había ningún ruido a mi alrededor; este hecho me hacía sentir muy incómodo a la vez que inquieto. Seguí mi camino hasta dar con un antiguo laboratorio, me dije: ‘‘Esta vez terminaré con lo que tú empezaste’’; y entre dentro de él.
Todo estaba muy tranquilo, a medida que avanzaba todo estaba más destrozado, hasta que encontré una sala completamente llena de aparatos, máquinas e instrumentos quirúrgicos. Miré a mi alrededor para comprobar que nadie me había seguido. En ese mismo instante algo saltó sobre mí, haciendo que me diera en la cabeza contra una mesa y seguidamente me golpeo. Al principio no pude ver de quien se trataba, entonces dijo: ‘‘Me alegro de volver a encontrarme contigo, Alex, pero es una desgracia que no vayas a vivir mucho más’’; de inmediato me di cuenta de que se trata de mi antiguo profesor. Lo golpee para quitarlo de encima mío y seguidamente le dije: ‘‘Me arrepiento de haberte admirado alguna vez y maldigo el día en el que te ofrecí mi ayuda’’; entonces empecé a recordar todo.
Fue hace cinco años, yo era un estudiante que estaba a punto de sacarse la carrera de medicina. Un día cuando salía de la escuela, había un coche negro en la entrada y de él salieron varias personas con batas blancas. Todos se acercaron a mí y me pidieron si podía ir a su laboratorio para ayudarlos con uno de sus experimentos; yo me ofrecí encantado para ello y nos subimos al auto.
Una vez llegamos, se trataba de un lugar grandísimo que llegaba hasta las nubes, entramos y me guiaron hasta una sala llena de productos químicos y mezclas. En ese momento, fue cuando lo conocí, mi profesor, el cual era el encargado de este experimento. Se acercó a mí y dijo: ‘‘Buenas tardes joven, me llamo Walter y las personas que te trajeron son mis ayudantes, espero que no te hayan molestado’’; le respondí que todos se habían portado muy bien conmigo. El me pidió que lo siguiera y prosiguió con la explicación del experimento que estaban llevando a cabo.
‘‘Me encargo del estudio del cuerpo humano y sus diferencias entre los demás seres vivos. Un día empecé a pensar, qué pasaría si modificamos el ADN de un simple animal para que fuera completamente igual al de un humano, entonces podríamos aprender más cosas sobre ellos e incluso que nos ayudaran con otras investigaciones que se están llevando a cabo’’. Yo solo escuchaba silenciosamente, pensando que cada cosa que me contaba era algo imposible. Nos detuvimos delante de una puerta, en la cual se escuchaban innumerables gritos de dolor. De inmediato, abrí la puerta de un golpe y al ver lo que estaba pasando me quedé en shock. Habían modificado el ADN de un lobo y se había convertido en un ser de casi tres metros de altura, una gran mandíbula y enormes extremidades. Estaba atado con varias cadenas, tenía un bozal de hierro en la boca y todos los científicos que había a su alrededor no dejaban de inyectarle químicos.
Mire a Walter por un momento, y tenía una gran sonrisa en su cara. En ese momento le grite: ‘‘¡¿De qué te ríes?! ¡¿Acaso esto te parece algo divertido?!’’, ¡Habéis creado un monstruo!’’; de inmediato, él me respondió: ‘Tú lo llamas monstruo, pero yo lo llamo creación. Esto significa que mi invento funciona. Después de tantos años investigando, haciendo pruebas, al fin da sus frutos’’
Pero el monstruo rompió sus ataduras y de un zarpazo descuartizó a todos los científicos que había en la sala; y estaba dispuesto a acabar con nosotros dos también pero si conseguía salir de aquí, acabaría con toda la ciudad.
Le pregunté a Walter como lo vamos a detener, pero él me respondió fríamente: ‘‘¿Detenerlo?. No lo vamos a detener, esto es lo que yo he creado y les enseñaré a todos aquellos que me llamaron loco que estaban equivocados. Ja,ja,ja..’’
Mientras él decía varias cosas incoherentes, empecé a revisar la habitación, mientras evitaba los ataques de esa bestia. Logré encontrar un bote lleno de una sustancia oscura, la cual tenía una nota en su tapa la cual decía: ‘‘En caso de fracaso, usar. Abrí el bote y corrí hacia la bestia y se lo derrame encima. La bestia lo esquivo, me golpeó haciéndome quedar inconsciente. Una vez desperté, descubrí que la bestia había escapado, todo estaba completamente destrozado, no había nadie en el edificio y tampoco había rastro del profesor. Me incorporé y me dispuse a salir del edificio. Pase por delante de un televisor y hablaba de un monstruo que estaba destruyendo todo a su paso y matando a todo lo que se encontraba. En ese momento, tomé la determinación de que encontraría al profesor para que acabara con esa bestia.
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