jueves, 5 de noviembre de 2020

 TEXTO NARRATIVO DE ÁLVARO, DE 1º BACH-A

Para Marcos cada día de su corta vida es uno más, en el que hacía las mismas cosas que el resto de días, sin más, despertarse por la mañana, ir al instituto, estar allí seis horas sin prestar mucha atención a esos profesores que se pasan las clases hablando de temas que creen que los alumnos saben, pero no es así, al terminar el instituto de camino a casa, Marcos piensa todos los días que puede hacer por la tarde, al final siempre acaba haciendo lo mismo, estudiar, llega la noche, y ya está pensando en cómo será el día de mañana con alguna esperanza de que sea un día especial al suceder algo nuevo, pero no es así, el tiempo pasa y los días siguen siendo igual de aburridos para Marcos que hundido en sus pensamientos no sabe qué hacer para que la situación cambie.

Un día, como cualquier otro que parecía ser, Marcos se despertó y se disponía ir al instituto, de camino, encontró un objeto en el que reflejaba la luz del sol, se interesó por ver que era, y se llevó una gran sorpresa al ver que era una moneda de dos euros, al menos ya sucedió algo que no era normal que le sucediera a Marcos en su vida. Una vez en clase, le dijeron varias notas de exámenes por lo que se llevó una sorpresa al ver que en matemáticas tenía un diez, en el patio estaba en la cantina del instituto como hacía a diario para comprar su bocadillo, en la cantina también se encontraba Lucía, la chica de clase que le gustaba a Marcos, por casualidad a la chica le faltaba dinero para poder comprar su bocadillo, y Marcos muy amable accedió a invitarle al bocadillo con los dos euros que se encontró, la chica muy agradecida le dio un beso en la mejilla y le agradeció el acto con una sonrisa. Para Marcos el día estaba funcionando muy bien, fuera de lo normal, terminaron las clases, de camino a casa, Lucía le saludó y le dijo que si quería ir a su casa por la tarde a ver una película y merendar, él con una sonrisa aceptó, por fin iba a hacer algo diferente por la tarde. La tarde fue de maravilla, y la sorpresa fue cuando se despedían que Lucia le robó un beso a Marcos.

Ya en casa, Marcos no paraba de pensar el increíble día que había pasado, más tarde, sintió unos golpecitos en  el cuerpo, él no hacía caso, estaba en una nube, hasta que escuchó una voz que decía: “Marcos levántate ya que vas a llegar tarde al instituto”, la voz era de su madre, y él estaba durmiendo, por lo que todo había sido un sueño y ese día jamás pasó, los días para Marcos siguieron siendo igual de aburridos pero aprendió a crear sus propios días en sus sueños y así cada noche soñaba con algo nuevo que hacer en sus días perfectos imaginarios.

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