TEXTO NARRATIVO DE ÁLVARO, DE 1º BACH-A
Para Marcos cada día de su corta vida es uno más, en el que
hacía las mismas cosas que el resto de días, sin más, despertarse por la
mañana, ir al instituto, estar allí seis horas sin prestar mucha atención a
esos profesores que se pasan las clases hablando de temas que creen que los
alumnos saben, pero no es así, al terminar el instituto de camino a casa,
Marcos piensa todos los días que puede hacer por la tarde, al final siempre
acaba haciendo lo mismo, estudiar, llega la noche, y ya está pensando en cómo
será el día de mañana con alguna esperanza de que sea un día especial al
suceder algo nuevo, pero no es así, el tiempo pasa y los días siguen siendo
igual de aburridos para Marcos que hundido en sus pensamientos no sabe qué
hacer para que la situación cambie.
Un día, como cualquier otro que parecía ser, Marcos se
despertó y se disponía ir al instituto, de camino, encontró un objeto en el que
reflejaba la luz del sol, se interesó por ver que era, y se llevó una gran sorpresa
al ver que era una moneda de dos euros, al menos ya sucedió algo que no era
normal que le sucediera a Marcos en su vida. Una vez en clase, le dijeron
varias notas de exámenes por lo que se llevó una sorpresa al ver que en
matemáticas tenía un diez, en el patio estaba en la cantina del instituto como
hacía a diario para comprar su bocadillo, en la cantina también se encontraba
Lucía, la chica de clase que le gustaba a Marcos, por casualidad a la chica le
faltaba dinero para poder comprar su bocadillo, y Marcos muy amable accedió a
invitarle al bocadillo con los dos euros que se encontró, la chica muy
agradecida le dio un beso en la mejilla y le agradeció el acto con una sonrisa.
Para Marcos el día estaba funcionando muy bien, fuera de lo normal, terminaron
las clases, de camino a casa, Lucía le saludó y le dijo que si quería ir a su
casa por la tarde a ver una película y merendar, él con una sonrisa aceptó, por
fin iba a hacer algo diferente por la tarde. La tarde fue de maravilla, y la
sorpresa fue cuando se despedían que Lucia le robó un beso a Marcos.
Ya en casa, Marcos no paraba de pensar el increíble día que
había pasado, más tarde, sintió unos golpecitos en el cuerpo, él no hacía caso, estaba en una
nube, hasta que escuchó una voz que decía: “Marcos levántate ya que vas a
llegar tarde al instituto”, la voz era de su madre, y él estaba durmiendo, por
lo que todo había sido un sueño y ese día jamás pasó, los días para Marcos
siguieron siendo igual de aburridos pero aprendió a crear sus propios días en
sus sueños y así cada noche soñaba con algo nuevo que hacer en sus días
perfectos imaginarios.
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