jueves, 12 de noviembre de 2020

 TEXTO NARRATIVO DE JORGE, DE 1º BACH-C

La vuelta


         La temperatura al despegar de Londres era muy agradable, había alguna que otra nube, sería un viaje de vuelta tranquilo. Habíamos pasado unos días en esta gran ciudad, jamás me cansaré de visitarla. Cada viaje, un lugar nuevo que descubrir. Esta vez, nos acompañaron unos vecinos y la verdad no estuvo nada mal.

         Ya se sabe lo que pasa con los vuelos low cost, poco espacio y mucha gente. A ver donde nos colocábamos, “los niños en ventanilla”, “mejor pasillo”, “dame chicle que se me taponan los oídos”, “¿cuánto queda?”… Una sucesión de preguntas y afirmaciones que para cualquier persona que le dé cosilla volar habrían conseguido ponerle de los nervios.

         En fin parece que todo el mundo estaba ya en su sitio, el despegue fue perfecto y las azafatas ya pasaban con su carrito vendiendo licores y alguna que otra joya.

         El cielo se cubrió, pero el vuelo seguía su curso normal. A pesar de eso el señor que llevaba al lado parecía estar pasándolo mal, al igual que un chaval de unos catorce años con gafas de Harry Potter que estaba más blanco que el papel.

         Entonces, todo dio un vuelco,  un pequeño bote, otro… una señora muy amable les dijo que estuviesen tranquilos que si hubiese algún problema avisarían para que se pusieran los cinturones. Así fue, pitido, luz encendida, advertencia en varios idiomas “por favor, abróchense los cinturones”, “zona de turbulencias”. Los golpes en el avión se sucedían, alguna de las pequeñas compuertas donde se guardaba el equipaje se abrieron y varios pasajeros se llevaron algún golpe en la cabeza por la caída de pequeños paquetes. El señor de al lado llevaba la camiseta empapada en sudor y el chaval ya estaba transparente.

         Dos horas y poco después, el avión toca tierra. Jamás había visto a nadie besar tierra (bueno en las pelis), ese día fui yo quien lo hizo.

Jorge Juárez Torralba, 1º C Bachiller

No hay comentarios:

Publicar un comentario