LA CORDURA SE ESCAPA
Buenos días. Las primeras palabras que oí al despertar, abrí
los ojos y allí estaba ella. ¿Quién? No lo sé.
Una melena dorada,
con pequeños tirabuzones, con los ojos verdes y rasgados, unas grandes pestañas capaces de provocar un
vendaval.
Salté de la cama como un rayo proponiendo millones de
preguntas a esa persona que se encontraba enfrente de mí y que yo no reconocía
de ninguno de los modos.
Yo, asustado muerto de miedo, intento devolverme el aliento
mientras escucho su risa.
“¿Quién eres?, ¿Por qué te ríes? ¿De que me conoces?”
Me di cuenta de las miles de preguntas que podemos hacer en
caso de encontrarnos en una situación de miedo. Con una voz entrecortada me
atrevo a preguntar que me había hecho.
Entonces ella pone cara de no saber nada y me llama por un
nombre que no recuerdo “¿Mike?”
Al ver mi cara de indiferencia al oírla pronunciar mi nombre
se asusta, me acaricia la frente como si yo fuera el enfermo.
Me aproximo a una
puerta con intención de salir de allí y me sorprendo con el baño y un inmenso
espejo que me obliga a ver mi reflejo.
Aturdido pongo caras y gestos para verme representado en este. ¿Quién soy? ¿Qué
es esta imagen que veo? Tanta pregunta me hace reflexionar en que esto es una gran
barbarie, me doy la vuelta y la miro, allí esta ella observándome como a un
bicho raro no me atrevo a pronunciar palabra pero ella aún menos. Y entonces
mis labios son capaces de formular su nombre
“¿Asley?” ¡Sí! Se llama Asley lo veo en sus ojos y yo Mike
oh ¡Sí! Somos los protagonistas de la película que mi mujer me hace ver todas
las noches esa película que ni yo siquiera entiendo, un drama de amor.
Me giro de nuevo al espejo y si soy él, soy Mike J.Hum ni
siquiera sé cómo recuerdo su nombre completo entonces suspiro y noto como ella
también. Nos miramos y ríe. Se acerca y me coge las manos, recuerdo esta escena
de esa película ahora ella me besará, y… ¡cierto! se acerca y ahora ya la veo más claramente. Con los ojos
cerrados, con los labios húmedos, dispuestos a besarme. Me interno en mi pensamiento,
en que todo esto debe de ser un sueñ… No me da tiempo a terminar mi frase
cuando lo noto, noto ese beso abro los ojos y ¡sí! Esta vez es mi mujer. Mi
mirada regresa al instante al cristal, soy yo, he vuelto.
Esa risa, ¿lo oyes? Es ella, es Asley. Mi mujer me mira sin
comprender muy bien mis palpitaciones.
-¿Qué pasa? Dice en un suspiro.
-Nada. Contesto yo. La locura, que me busca.
Muy bien, un 8´5.
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