Las cifras oficiales estiman que entre 300.000 y 500.000 mujeres ejercen la prostitución en España; la mayoría de ellas son inmigrantes. Se calcula que alrededor del cuarenta por ciento de los varones españoles ha contratado los servicios de una prostituta.
A mediados de los años noventa, el perfil de mujeres que ejercían la prostitución fue variando. Con anterioridad, las prostitutas solían ser toxicómanas que veían en este mundo la única manera de reunir el dinero suficiente para poder continuar con sus adicciones.Con la inmigración la situación de las prostitutas españolas cambió considerablemente. La prostitución es el único medio de vida para muchas de estas inmigrantes que no pueden acceder al mercado laboral. Dentro de este grupo también encontramos notables diferencias. Por ejemplo, las mujeres de Europa del Este están controladas en todo momento por las mafias dedicadas al tráfico sexual por lo que resulta prácticamente imposible cualquier tipo de acercamiento. Por otra parte, las prostitutas provenientes de Senegal afirman que si sus familiares supieran lo que realmente están haciendo en España serían condenadas a muerte en su país de origen.
En nuestro país la prostitución no es un delito si se ejerce voluntariamente, pero si se considera delito la explotación sexual. En España se considera la prostitución un "no trabajo", y por esto las mujeres extranjeras que se dedican a esta actividad no pueden conseguir los permisos que obtendrían si la actividad a la que se dedican fuera considerada legal.
Hoy en día, los diversos países tienen diferentes posturas frente a la prostitución:
- Sistema reglamentarista: en el que el Estado asume el control. A las prostitutas se les conceden derechos y se les impone una serie de obligaciones. Ideológicamente estas mujeres cumplen con una función pública, proporcionan compañía aliviando la soledad del hombre. La labor del Estado es, básicamente, la de llevar a cabo la limpieza de los clubs del alterne porque las prostitutas son consideradas portadoras de un gran número de enfermedades.
- Sistema prohibicionista: se caracteriza por la represión penal. Las prostitutas son delincuentes. Sostienen que los instintos sexuales de los maridos tan solo pueden ser satisfechos en el matrimonio.
- Sistema abolicionista: consideran que las personas que ejercen la prostitución no son delincuentes sino más bien víctimas del tráfico humano.
Antonio Arenas Jiménez
Muy bien, un 7.
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