Texto narrativo: la cigarra y la hormiga
El invierno sería largo y frío. Nadie sabía mejor que la hormiga lo mucho que se había afanado durante todo el otoño, acarreando arena y trozos de ramitas de aquí y de allá. Había excavado dos dormitorios y una cocina flamantes, para que le sirvieran de casa y, desde luego, almacenado suficiente alimento para que le durase hasta la primavera. Era, probablemente, el trabajador más activo de los once hormigueros que constituían la vecindad.
Se dedicaba aún con ahínco a esa tarea cuando, en las últimas horas de una tarde de otoño, una aterida cigarra, que parecía morirse de hambre, se acercó renqueando y pidió un bocado. Estaba tan flaca y débil que, desde hacía varios días, sólo podía dar saltos de un par de centímetros. La hormiga a duras penas logró oír su trémula voz.
¡Habla! -dijo la hormiga-. ¿No ves que estoy ocupada? Hoy sólo he trabajado quince horas y no tengo tiempo que perder.
Escupió sobre sus patas delanteras, se las restregó y alzó un grano de trigo que pesaba el doble que ella. Luego, mientras la cigarra se recostaba débilmente contra una hoja seca, la hormiga se fue de prisa con su carga. Pero volvió en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué dijiste? -preguntó nuevamente, tirando de otra carga-. Habla más fuerte.
-Dije que… ¡Dame cualquier cosa que te sobre! -rogó la cigarra-. Un bocado de trigo, un poquito de cebada. Me muero de hambre.
Esta vez la hormiga cesó en su tarea y, descansando por un momento, se secó el sudor que le caía de la frente.
¿Qué hiciste durante todo el verano, mientras ye trabajaba? -preguntó.
Oh… No vayas a creer ni por un momento que estuve ociosa -dijo la cigarra, tosiendo-. Estuve cantando sin cesar. ¡Todos los días!
La hormiga se lanzó como una flecha hacia otro grano de trigo y se lo cargó al hombro.
Conque cantaste todo el verano -repitió-. ¿Sabes qué puedes hacer?
Los consumidos ojos de la cigarra se iluminaron.
No -dijo con aire esperanzado-. ¿Qué?
Por lo que a mí se refiere, puedes bailar todo el invierno -replicó la hormiga.
Y se fue hacia el hormiguero más próximo…, a llevar otra carga.
Análisis de texto:
Este texto se trata de una fábula.
Su autor es Esopo:
No está probada su existencia como persona real.
Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la
descripción de su vida es contradictoria. En la época clásica su figura se vio
rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia
por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en
las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.
La obra de Esopo fue recopilada primero por Demetrio de Falero, luego por Fedro, Babrio, Jean
de La Fontaine y Félix
María Samaniego.
Algunas fábulas de
Esopo: La primavera y el invierno, La
liebre y la tortuga, La perra que llevaba un trozo de carne, La rana que quiso
ser buey, La comadreja y las gallinas…
Fábula: es un
relato literario breve en el cuál los personajes son animales o cosas que
pueden hablar. Estas concluyen con una enseñanza o moraleja de carácter instructivo.
Esta puede estar escrita en verso o en prosa.
Tiene un narrador
en tercera persona, es ausente.
Tema de la obra: el
duro trabajo tiene sus recompensas.
Ideas: las idea
principal es que la hormiga trabaja mucho y la cigarra canta y baila sin preocupación
por su futuro.
Argumento: el
relato trata de una pequeña hormiga que está trabajando para el invierno que se
acerca y hay una cigarra que lo único que hace es cantar, la hormiga le dice
que debería trabajar porque luego no tendrá nada para comer, pero la cigarra no
le hace caso y sigue cantando. Cuando llega el invierno la hormiga está en su
casa comiendo y la cigarra muy triste y hambrienta le pide un poco de comida
pero ella se lo niega ya que le advirtió de que eso pasaría.
Personajes: La cigarra: es vaga, está un poco perdida y muy alegre.
La hormiga: es
trabajadora, responsable y muy lista.
El tiempo: es un día de invierno
Estructura: es una
estructura formal, se trata de una narración cerrada, tiene un estilo indirecto
simple. Sus formas verbales son el pretérito perfecto simple y el presente.
Sacha Nicol Basto Guio
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