sábado, 10 de noviembre de 2018


Los 12 trabajos de Hércules

Los doce trabajos de Hércules, o Heracles, son una serie de arcaicos episodios relacionados por una narración continua posterior. Los enfrentamientos individuales de éste con varios animales le sitúan antes de la literatura griega y los temas orientales, aduciendo también la serpiente con siete cabezas de Ugarit y el Antiguo Testamento. El establecimiento de un ciclo fijo de doce trabajos era atribuido por los griegos a un poema épico (hoy perdido) escrito por Pisandro de Cámiros, quizás sobre el 600 a. C. (Burkert).
Tal como se conservan, los trabajos de Heracles no se narran en ningún lugar único, sino que deben ser recompuestos a partir de muchas fuentes. Ruck y Staples (pp. 169-170) aseveran que no hay una forma única de interpretar los trabajos, pero que seis estaban situados en el Peloponeso, culminando con la rededicación de Olimpia y los otros seis, parte de la misma secuencia, llevaron al héroe mucho más lejos. En cada caso, el patrón era el mismo: Hércules era enviado a matar o conquistar, o a buscar para el representante de Hera Euristeo un animal o planta mágicos. «Todos los lugares seleccionados eran previamente baluartes de Hera o de la “Diosa” y Entradas al Otro Mundo»
Como ejemplo de uno de esos 12 trabajos yo pongo: El toro de Creta.


Toro de Creta
El Toro de Creta es un animal de la mitología griega. El séptimo trabajo de Hércules consistió en capturar un toro que causaba estragos en Creta.
Este toro es el que Poseidón hizo salir del mar cuando el rey Minos prometió ofrecer un sacrificio al dios; pero Minos lo encontró tan esplendoroso que lo incorporó a sus rebaños como semental en vez de sacrificarlo y el dios, enfurecido, hizo que la reina Pasífae se enamorara del animal y concibiera de él un híbrido, el Minotauro, tras lo cual hizo enloquecer al toro.
Así pues, Hércules se presentó a Minos, que le autorizó para capturar con sus propias manos al toro cretense, si podía. Heracles consiguió dominar al animal y lo condujo, a través del mar Egeo, hasta MicenasEuristeo, al ver al hermoso animal, lo quiso ofrecer en sacrificio a Hera, pero la diosa lo rechazó al ver la ferocidad del toro, por lo que Euristeo lo dejó libre.
El toro causó estragos allá por donde pasó. Atravesó la Argólide, cruzó el istmo de Corinto hasta que finalmente el héroe ateniense Teseoconsiguió matarlo con su espada en la llanura de Maratón (cerca de Atenas).


MANUEL CAMPOS ROLDÁN 1ºESO- D

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