jueves, 31 de octubre de 2013

CANTAR DEL MIO CID- FRAGMENTOS



CANTAR DEL MÍO CID


El Cantar de mio Cid es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz el Campeador.
Cada verso está dividido en dos hemistiquios por una cesura. En el Cantar de mio Cid tanto el número de sílabas en cada verso como el de sílabas en cada hemistiquio varía considerablemente. A este rasgo se le denomina anisosilabismo.
Aun cuando se encuentran versos de entre diez y veinte sílabas y hemistiquios de entre cuatro y catorce, más del 60% de los versos oscila entre 14 y 16 sílabas.


Aquí os dejo algunos de los romances que he encontrado. Son textos relacionados con las historias del Cid:



Romance de las bodas de Rodrigo y Jimena

A Jimena y a Rodrigo
prendió el rey palabra y mano
de juntarlos para en uno
en el solar de Laín Calvo;
las enemistades viejas
con amor las olvidaron,
que donde preside amor
se olvidan quejas y agravios.
El rey dio al Cid a Valduerna,
a Saldaña y Belforado
y a San Pedro de Cardeña,
que en su hacienda vincularon.
Entróse a vestir de boda
Rodrigo con sus hermanos;
quitóse gola y arnés
resplandeciente y grabado;
púsose un medio botarga
con unos vivos morados,
calzas, valona tudesca
de aquellos siglos dorados.
Eran de grana de polvo
y de vaca los zapatos
con dos hebillas por cintas
que le apretaban los lados;
camisón redondo y justo,
sin filetes ni recamos,
que entonces el almidón
era pan para muchachos.
Puso de raso un jubón
ancho de manga, estofado,
que en tres o cuatro batallas
su padre lo había sudado.
La Tizona rabitiesa,
del mudo terror y espanto,
en tiros nuevos traía
que costaron cuatro cuartos.
Más galán que Gerineldos
bajó el Cid famoso al patio,
donde el rey, obispo y grandes
en pie estaban aguardando.
Tras esto bajó Jimena
tocada en toca de papos,
y no con estas quimeras
que agora llaman hurracos.
De paño de Londres fino
era el vestido bordado;
unas garnachas muy justas
con un chapín colorado,
un collar de ocho patenas
con un San Miguel colgando,
que apreciaron una villa
solamente de las manos.
Llegaron juntos los novios,
y al dar la mano y abrazo,
el Cid mirando a la novia
le dijo todo turbado:
—Maté a tu padre, Jimena,
pero no a desaguisado,
matéle de hombre a hombre
para vengar un agravio.
Maté hombre y hombre doy,
aquí estoy a tu mandado;
en lugar del muerto padre,
cobraste marido honrado.



Romance de doña Urraca, cercada en Zamora

Rey don Sancho, rey don Sancho,
ya que te apuntan las barbas,
quien te las vido nacer
no te las verá logradas.

   Don Fernando apenas muerto,
Sancho a Zamora cercaba,
de un cabo la cerca el rey,
del otro el Cid apremiaba.

Del cabo que el rey la cerca
Zamora no se da nada;
del cabo que el Cid la aqueja
Zamora ya se tomaba;

corren las aguas del Duero
tintas en sangre cristiana.
Habló el viejo Arias Gonzalo,
el ayo de doña Urraca:

—Vámonos, hija, a los moros
dejad a Zamora salva,
pues vuestro hermano y el Cid
tan mal os desheredaban.

   Doña Urraca en tanta cuita
se asomaba a la muralla,
y desde una torre mocha
el campo del Cid miraba.


Romance del caballero leal zamorano y de Vellido Dolfos, que se salió de Zamora para con falsedad haceros vasallo del rey don Sancho

Sobre el muro de Zamora
vide un caballero erguido;
al real de los castellanos
decía con grande grito:

—¡Guarte, guarte, rey don Sancho,
no digas que no te aviso,
que del cerco de Zamora
un traidor había salido:

Vellido Dolfos se llama,
hijo de Dolfos Vellido;
si gran traidor fue su padre,


mayor traidor es el hijo;

cuatro traiciones ha hecho,
y con ésta serán cinco!
Si te engaña, rey don Sancho,                                                               
no digas que no te aviso.

   Gritos dan en el real:
¡A don Sancho han malherido!
¡Muerto le ha Vellido Dolfos;
gran traición ha cometido!

LA LEYENDA DEL CORAZÓN COCINADO


Esta leyenda narra como un marido celoso trama una venganza contra su esposa, supuéstamente adúltera, para terminar dándole de comer el corazón de quién cree su amante.
Guillem de Cabestan era un caballero de la región de Rosellón, que ejercía de trovador ocasional para Soremonda de Tarascón. De alguna manera al marido le llegó la sospecha de esta posible relación. Tanteó a su esposa hasta que Raimón de Castell, que así se llamaba el marido, acabó convenciéndose de que efectivamente su mujer amaba a Guillem de Cabestan.
Fue entonces cuando dio orden a unos de sus guerreros que lo asesinaran. Él mismo decapitó su cabeza y extrajo el corazón de su cuerpo, después regresó al castillo y dio el corazón al cocinero para que lo cocinara y se lo sirviera a su mujer, que comió de él. 


Aquí os dejo el fragmento final de esta leyenda: 


Fue la historia de un amor, arropado de pasión,

como el fuego del rastrojo, su leyenda se extendió, 
por Occitania, las tierras del Rosellón, Jacetania,
los condados catalanes y el resto de Aragón.
Era Guillermo de Cabestán, distinguido trovador,
versado en las armas y en los lances del amor,
celebró enamorado, a Soremonda de Tarascón, 
aunque la dama tuviera marido, dueño y señor.
Pero sospechó el necio esposo, 
y a los celos nunca dio reposo,
una trampa a Guillermo le tendió,
de tal suerte que una vez asesinado,
tras un hachazo la cabeza le cortó.
Incluso arrancó del pecho su corazón,
y a los cocineros ordenó que lo adobaran 
y de noche a la cena lo presentaran.
La inocente Soremonda del guiso probó, 
por su esposo varias veces preguntada
le contestó, su señora muy animada,
“¡que plato de cocina tan magnífico!”, 
a lo que en respuesta le mostró solícito,
la cabeza de Guillermo decapitada.

Dijo el marido:
“Antes que con él hiciera matanza
corazón era de vuestro amante,
lo que degustasteis como pitanza”.
Contestó la esposa:
“Mi señor, vianda tan excelente,
este corazón ha sido delicia,
que nunca tendré la malicia
de comer más que lo presente”.

Y delante del marido y el servicio,
arrojose desde la torre al precipicio.





CARLA IGUALADA MORAL 1ºCTC

miércoles, 30 de octubre de 2013

Las jarchas


Historia del corazón devorado


Guillem de Cabestany fue un caballero de la comarca de Rosellón que confina con Cataluña y con el Narbonés. Fue hombre muy agradable en la persona y muy famoso en armas, cortesía y servicio. Y había en su comarca una dama que se llamaba mi señora Saurimonda, esposa de Ramon de Castell Rosselló, que era muy noble y rico, malo, bravo, fiero y orgulloso. Y Guillem de Cabestany amaba a la dama por amor y sobre ella cantaba y hacía sus canciones. Y la dama, que era joven, alegre, gentil y hermosa, lo quería más que a nada en el mundo. Y esto fue dicho a Ramon de Castell Rosselló; y él, como hombre iracundo y celoso, inquirió el hecho y supo que era verdad, e hizo guardar a su esposa. Y cierto día Ramon de Castell Rosselló se encontró paseando con Guillem de Cabestany, que iba sin gran acompañamiento, y lo mató; le hizo extraer el corazón del cuerpo y le hizo cortar la cabeza; e hizo llevar el corazón a su casa, y asimismo la cabeza; e hizo asar el corazón y condimentar con pimienta, y lo hizo dar a comer a su esposa. Y cuando la dama lo hubo comido, Ramon de Castell Rosselló le dijo: «¿Sabéis qué es lo que habéis comido?» y ella dijo: «No, sino que era una vianda muy buena y sabrosa.» Y él le dijo que era el corazón de Guillem de Cabestany lo que ella había comido; y, para que lo creyera mejor, hizo llevar la cabeza delante de ella. Y cuando la dama rio y oyó esto, perdió la vista y el oído. Y cuando volvió en sí dijo: «Señor, me habéis dado tan buen manjar que nunca más comeré otro.» y cuando él lo oyó, corrió con su espada y quiso darle en la cabeza; y ella corrió hacia un balcón y se dejó caer abajo, y así murió. Y por el Rosellón y por toda Cataluña corrió la noticia de que Guillem de Cabestany y la dama habían muerto tan traidoramente y que Ramon de Castell Rosselló había dado de comer a la dama el corazón de Guillem. Hubo gran tristeza por todas las comarcas; y la queja llegó ante el rey de Aragón, que era señor de Ramon de Castell Rosselló y de Guillem de Cabestany. Y fue a Perpiñán, en el Rosellón, e hizo que Ramon de Castell Rosselló se presentara ante él; y, cuando hubo llegado, lo hizo prender y le quito todos sus castillos y los hizo destruir, y le quitó todo cuanto tenía, y lo metió en prisión. Y luego hizo recoger a Guillem de Cabestany y a la dama, y los hizo llevar a Perpiñán y poner en un monumento delante de la puerta de la iglesia; e hizo dibujar sobre el monumento cómo habían sido muertos; y ordenó que por todo el condado de Rosellón todos los caballeros y las damas les celebraran aniversario todos los años. Y Ramon de Castell Rosselló murió en la prisión del rey.

Guillem de Cabestany


Y con tanto dolor las arracadas

de la vid de la noche en su racimo

no se mueven porque ahora el corazón

se desgarre: los enamoradizos

del pájaro, alumbrada de muerte la cabeza,
nos partimos por la mitad al grito
del cielo del crepúsculo como el
corazón de Guillem de Cabestany
gira en la torre el pájaro tres veces
quizás, el pájaro de juventud,
la mano de la noche que se alarga en las nubes,
el pájaro que es sólo llaga cuando vivimos.
(Versión de Justo Navarro.)

Este es el fragmento que yo he encontrado, a lo que tengo que añadir, que como "Corazón cocinado" no lo he encontrado, sino como "Corazón cocido". Aunque según he podido leer en esta página http://encuentrosconlasletras.blogspot.com.es/2007/05/el-corazn-devorado.html Guillermo de Cabestany de la leyenda de ---> "corazón devorado".

jueves, 24 de octubre de 2013

LAS ESTROFAS

DÉCIMA

Genéricamente una décima en poesía es una estrofa constituida por 10 versos octosílabos. Actualmente se usa esta palabra con el sentido específico de décima espinela o espinela cuya rima es (abbaaccddc) La espinela toma su nombre del poeta, novelista y vihuelista Vicente Espinel, de fines del siglo XVI.  Además, sólo puede haber pausas después de los versos pares, particularmente después del cuarto. Durante los siglos XVII y XVIII la décima se usó con frecuencia para el epigrama y la glosa de otros poemas; Félix Lope de Vega, en su Arte nuevo de hacer comedias (1609), escribió que "las décimas son buenas para quejas" en las obras teatrales, pero las empleó indistintamente para cualquier tema. 

Amor, no te llame amor
el que no te corresponde
pues que no hay materia adonde
imprima forma el favor.
naturaleza, en rigor,
conservó tantas edades
correspondiendo amistades
que no hay animal perfecto
si no asiste a su concepto
la unión de dos voluntades
Félix Lope de Vega y Carpio, primeros versos de El Caballero de Olmedo, 1923




JAVIER MENA ALARCÓN 1ºCTC

El Romance - Federico García Lorca

Romance

El Romance es una combinación métrica originaria en España que consiste en una serie indefinida de versos octosílabos, que tienen rima asonante en los pares quedando los impares sueltos.

Uno de los romances mas famosos de la lengua castellana es la obra de Federico García Lorca ''Romancero Gitano''. Es una obra compuesta por dieciocho romances con temas como la noche, la muerte, el cielo o la Luna. La obra refleja las penas de un pueblo perseguido que vive al margen de la sociedad y que se ve perseguido por los representantes de la autoridad, y por su lucha contra esa autoridad represiva. Aqui podemos observar un fragmento de esa obra, en este caso el tema es la Luna.

Romance de la luna, luna  
A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.

Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando. 


Federico García Lorca

Federico García Lorca fue un poeta, dramaturgo y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Como dramaturgo, se le considera una de las cimas del teatro español del siglo XX, junto con Valle-Inclán y Buero Vallejo. Murió fusilado tras la sublevación militar que dio origen a la Guerra Civil Española.

En 1929, Fernando de los Ríos propuso a Lorca acompañarle en su viaje a Nueva York. Éste aceptó viendo la oportunidad de aprender inglés, renovar su obra y de vivir en el extranjero por primera vez; de hecho describió su estancia en Nueva York como "una de las experiencias más útiles de mi vida". Esto influyó muchísimo en su visión de si mismo y del arte.

Murió en Agosto de 1936 cuando estaba alojado en la casa de un poeta amigo suyo y la Guardia Civil llamó a la puerta para detenerlo y posteriormente fusilarlo. A pesar que los gobiernos de Colombia y México le habían ofrecido asilo, Lorca lo rechazo y quiso pasar el verano en su tierra natal, Granada.

Como datos curiosos, a pesar de que Lorca se identificaba como comunista y anarquista, era muy amigo del fundador de la Falange Española Jose Antonio Primo de Rivera. También se dice que Lorca mantuvo una relación sentimental con el pintor surrealista Salvador Dalí.

Antonio González Verdejo 1º CTC

martes, 22 de octubre de 2013

Cantar de Gesta - Sátira


El cantar de gesta

El cantar de gesta es el nombre dado a la epopeya escrita en la Edad Media o a una manifestación literaria extensa perteneciente a la épica que narra las hazañas de un héroe que representa las virtudes que un pueblo o colectividad consideraban modélicas durante el Medievo.

En los siglos XI y XII, los juglares las divulgaban oralmente, debido al analfabetismo de la sociedad de la época. Los cantares se agrupaban en tiradas variables de versos, que se relacionaban por tener la misma asonancia al final de cada verso y por constituir una unidad de significado, a menudo anunciado en la tirada anterior.

Sin embargo, si estos cantares de gesta han llegado hasta nuestros días, se debe a que se realizaron copias manuscritas de ellos. En general estas copias son bastante más tardías que las propias canciones. Estos cantares eran recitados por los juglares.

Fragmentos de los cantares de gesta españoles se recitan todavía en pueblos de España y América Latina, transmitidos de padres a hijos de forma oral: es el llamado Romancero viejo, y la temática medieval de los cantares de gesta continuó siendo motivo de inspiración para el teatro clásico en el Siglo de Oro.

Solo se ha conservado de forma escrita el Cantar de mío Cid, el Cantar de las Mocedades de Rodrigo y unos cuantos versos del Cantar de Roncesvalles.

Esta es una tirada (en concreto la número 39) del Cantar de Mío Cid:

39

Martin Antolinez un colpe dio a Galve,
las carbonclas del yelmo echo gelas aparte,
cortol el yelmo que lego a la carne;
sabet, el otro non gel oso esperar.

Arancado es el rey Fariz e Galve:
¡Tan buen dia por la christiandad
ca fuyen los moros de la e de la part!
Los de mio Çid firiendo en alcaz,
el rey Fariz en Terrer se fue entrar,
e a Galve nol cogieron alla;
para Calatayuth quanto puede se va.

El Campeador ival en alcaz,
fata Calatayuth duro el segudar.

 (Traducción):

39

Galve, herido, y los moros, derrotados.
El buen Martin Antolinez un buen tajo a Galve da, los rubíes de su yelmo los parte por la mitad,
la lanza atraviesa el yelmo, a la carne fue a llegar;
el rey moro el otro golpe ya no lo quiso esperar.
Los reyes Fáriz y Galve derrotados están ya.
¡Que buen día que fue aquel, Dios, para la cristiandad! Por una y por otra parte los moros huyendo van
Los hombres de Mío Cid los querían alcanzar,
el rey Fáriz en Terrera se ha llegado a refugiar,
pero a Galve no quisieron abrirle la puerta allá́;
a Calatayud entonces a toda prisa se va.
Pero el Cid Campeador le persigue sin parar
y va detrás del rey moro hasta la misma ciudad.

La sátira

La sátira es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se escribe en prosa o verso o alternando ambas formas (sátira menipea).

Estrictamente la sátira es un género literario, pero también la encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos para mejorar la sociedad. Su propósito principal era el ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.


Es muy común use ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica.

Desde la Edad Media el género se cultivó En España ; el primero fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita, que atacó el poder igualador del dinero al trastocar el inmutable orden social estamental medieval.  También está presente en “El Esperpento” de Ramón María del Valle-Inclán o “La Tragedia Grotesca” de Carlos Arniches, incluso en Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Algunos de los autores satíricos españoles fueron: Arcipreste de Hita, Pero López de Ayala, Félix Lope de Vega, «pique sin odio, que si acaso infama / ni espere gloria ni pretenda fama». Destaca Miguel de Cervantes, y sus obras El coloquio de los perros y el Viaje del Parnaso, entre otras. Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Diego de Torres, Villarroel, Francisco José de Isla, José Cadalso, León de Arroyal, Leandro Fernández de Moratín, Sebastián de Miñano, Félix Mejía, Mariano José de Larra, Leopoldo Alas, Modesto Lafuente, Miguel Agustín Príncipe y Juan Martínez Villergas.


Este es un fragmento del texto escrito por Félix Lope de Vega, Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo:

Félix Lope de Vega, autor de
"Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo"




Tenga cada acto cuatro pliegos solos,
que doce están medidos con el tiempo
y la paciencia del que está escuchando;
en la parte satírica no sea
claro ni descubierto, pues que sabe
que por ley se vedaron las comedias
por esta causa en Grecia y en Italia;
pique sin odio, que si acaso infama,
ni espere aplauso ni pretenda fama.








Carlos Montoya Fernández     1º BACH CTC