POEMA
Damos comienzo con la herida que abre mi pecho,
aquellos problemas infantiles sin ningún sentido
fríos y duros días de dolor y sufrimiento,
una niña llorando en un rincón solitario.
Esperanzas dañadas por una espada ardiendo,
con fines de acabar con el pensamiento propio
dándolo todo por una atención con fin marchito,
para obtener un flameante ramo con ajenjo.
Con falsas promesas con palabras de color vacío,
siendo que nunca podrán conseguir un propósito
queriendo ser los más poderosos de este mundo,
son aquellos señores con un poder ilimitado.
Dos brisas de colores distinto que nacen del mismo
unos toques de armonía conjunta con ánimo,
dos líneas que bailan al son de un sordo músico
unos trazos de colores que deslumbran el lienzo
Hay grupos que piensan en su convencimiento,
días en los que lo veneran sin progreso alguno
siendo que nunca se ha visto en carne y hueso,
algunos piensan que no existe en el cielo.
Jornadas que llegan a terminan con un retraso,
días que sirven para mejorar sin ningún descanso
queriendo hacer intentos y alcanzar el sueño,
pueden ser sueños frustrados en un pobre niño.
El final del sentimiento y el pensamiento,
siendo este un final para el viejo
ciclo no quieres ir a la luz, pero no puedes con esto
te despides de tu ser y vuelves al nuevo ciclo.
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