sábado, 29 de marzo de 2014

Texto Narrativo Propio - La sombra del hombre


-Maxio fue a la escuela con normalidad al día siguiente, aunque Sofía no le hablaba. Maxio al salir del instituto se fue a su casa corriendo e hizo lo mismo, comió rápido y se fue a buscar a David al bosque. Al llegar a los pies del bosque, se adentró con cuidado a éste, no sabía si la misma cosa que le había atacado a Sofía, le podría atacar también a él. Cuando se cansó de correr, se subió a una rama de un árbol, y descansó un poco. Pasaron cinco minutos, y trepó a lo alto del árbol para tener mejor visibilidad. Entonces vio un coche de policía, junto con una moto también de este cuerpo. También vio el coche de la madre de David. Maxio bajó del árbol y corrió para el lugar. Se escondió detrás de un árbol y miró lo que había pasado. David estaba tendido en el suelo, tenía múltiples heridas, y su madre estaba agarrada a él, llorando desconsoladamente, el padre de David también estaba allí, intentando consolar a su mujer. Entonces Maxio miró el cuerpo de David, esperando que solo estuviese desmayado, pero no había respuesta alguna de que hubiera vida, estaba muerto. Maxio se fue a su casa entre sollozos, finalizando la búsqueda de David, su amigo. Cuando llegó a su casa, entró sigilosamente, para no tener que mostrarse triste ante su familia. Pero Sofía, por casualidad fue a la habitación de Maxio. Ella lo vio llorar, con lo que dejó a un lado su enfado con él e intentó consolarlo. Le dijo: ¿Qué ha pasado? A lo que él le respondió: Da… David… ha… ha… muerto. Entonces Sofía le dijo: ¿Cómo que ha muerto? ¿Lo has visto? ¿Estás seguro? Y entonces Maxio dijo: Sí, estoy seguro. Pero, ¿cómo puede ser eso posible? Dijo Sofía. No lo sé, dijo Maxio. Él estaba aturdido, y su hermana no podía hacer otra cosa que consolar al pobre chico. 

Cuando Maxio fue al instituto al día siguiente, la madre de David también estaba allí. Volvía a hablar con el director, a la vez que éste, no paraba de lamentarse. Entonces cuando Maxio parecía estar un poco despistado, como en otro mundo, Matías le despertó y le dijo: Oye, ¿sabes lo que pasa con David? A lo que él respondió negativamente, a la vez que pensaba: ¡Madre mía! David muerto, su madre desesperada y ahora tengo que mentir a todo el mundo, aún sabiendo lo que le ha pasado. ¡Qué marrón! Maxio fue a clase normalmente, y cuando llegó a su casa… Su madre le estaba esperando, con el teléfono en la mano. Maxio, cariño, la madre de David está al teléfono, te quiere preguntar algo. En ese momento, Maxio tragó saliva y se preguntó si la madre de David le habría visto cuando estuvo en el bosque, ¡¿y si descubría su secreto?! Entonces Maxio se puso al teléfono y preguntó: ¿Quién es? A lo que alguien que no era la madre de David respondió: He vuelto… Acto seguido solo se oía el pitido de la línea telefónica, el otro había colgadoA Maxio se le abrieron los ojos como platos y colgó el teléfono, su hermana Sofía estaba al lado suyo, ella observaba como su hermano se quedaba paralizado y salía volando hacia su habitación. Ella fue tras él y lo pilló intentando saltar por la ventana. ¿Qué haces? Le preguntó ella. Voy a por él, estoy seguro de que fue él, mató a David, y seguirá matando a no ser que lo detenga. Le contestó él. Voy contigo, le dijo su hermana. ¡No! Esto es cosa mía. Después de esas palabras Maxio salio disparado por la ventana de su habitación, saltando de tejado en tejado y bajando por una pequeña farola como si fuese una barra de bomberos. Ella nunca había visto así a Maxio, estaba cambiado. 

Aquel día fue jueves. Esa misma noche la familia de Maxio empezó a cenar sin él, su hermana se inventó la excusa de que estaba en casa de un amigo, esperando que Eufrades no lo hubiera encontrado y… Ella se temía lo peor. No se quería dormir hasta que Maxio hubiera vuelto, pero sus padres la obligaron. Sonaban las sirenas de lo que parecía un coche de policía junto con una ambulancia. Tocaron a la puerta de la casa de Maxio, despertaron a su hermana los berridos de su madre y los sollozos de su padre. Ella se vistió y se encontró a su padre que iba a despertarla. Es tu hermano, lo han encontrado en el bosque…. Dijo su padre entre sollozos sin terminar la frase. Su hermana no comprendía nada. Se temía lo peor. La familia subió en el coche de su padre y fueron al bosque acompañados de la policía. Cuando llegaron, había un cordón policial que cubría una zona donde había lo que parecía un cuerpo tumbado en el suelo. ¡¿Maxio?! Dijo su hermana corriendo hacia el cadáver como una loca gritando entre lagrimas. Sus padres la acompañaron, pasaron el cordón policial y se pusieron frente el cadáver magullado y poco reconocible. Era Maxio, estaba tumbado en el suelo con los ojos abiertos con el iris negro como la pupila. Ella se abrazó a su cuello diciendo: ¡Maxio, venga! ¡¿No será ésta una broma tuya?! 

Agarrada a él su hermana lloraba sin consuelo, sus padres la retiraron de él, llorando también. El jefe de policía fue con un papel en la mano, parecía un informe. Se dirigió a la familia y les dijo: ¿Son ustedes los padres de Maxio? A lo que ellos respondieron afirmativamente. Él prosiguió: Siento su pérdida, su hijo ha sido estrangulado a las once y dieciséis de esta noche, lo sentimos mucho. El cadáver de Maxio tenía el cuello enrojecido, con marcas de dedos, con una herida en el torso del cuerpo. Cuando su hermana lo abrazó, notó que tenía un papel en la chaqueta, la policía no se había dado cuenta, y se dispuso a leerlo. Ponía: He vuelto, tú serás la siguiente.  Entonces se sobresaltó y vio que se encontraba en su cama, había sido todo un sueño. Maxio le había tapado la boca porque había empezado a gritar, él ya había llegado a casa, estaba sano y salvo.


Carlos Montoya Fernández     1º BACH  CTC

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