Mi infancia se resume en
los bizcochos de la abuela;
Tardes frías de invierno, arropada
junto a ella.
Todo el amor que llevo dentro,
cupido me lo ha regalado y con
sus flechas me ha logrado.
En mi cuerpo hay sangre y vida albaceteña,
que mis padres me dieron al nacer;
y bien orgullosa que estoy de ella.
Amo la belleza que tienen detrás todos aquellos
cuadros que visité en el museo del prado;
mientras también observaba la hermosa cultura
que tenían cada uno de ellos.
Una noche vi un destello de luz en el horizonte,
venia hacia mí,
era Dios , que venía a enseñarme su palabra
y sus grandes secretos.
Y cuando llegue mi último suspiro,
¿Dónde acabaré? , pues creo que me subiré
al barco de la vida y no regresaré.
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