Todo comenzó en Florencia, cuando en nuestra última misión ocurrió aquel pequeño accidente, todos estábamos felices pensando que iba a ser un golpe sencillo, entrar y salir, “un juego de niños” exclamó Roger (El conductor), buscábamos la “Mamba Negra” una piedra preciosa con un valor incalculable, teníamos todo planeado: La vestimenta, la huida, el equipo… Pero todo se fue al traste cuando cierta pareja de hermanos (Francis y Trevor, los armeros) decidieron pelear por quien se encargaba de llevar la Mamba, esa pequeña riña entre hermanos nos costó caro cuando el señor Salazar se enteró.
No sé como no lo vi, la noche anterior todos estaban raros, el ambiente era pesado y no se escuchaban las bromas y celebraciones de las vísperas de un golpe, todos estaban realmente nerviosos, sobre todo Amanda (La enfermera, le decíamos la mamá del equipo).
Cuando entré en aquella sala donde siempre planeábamos los golpes, con unas pizzas y las ganas de divertirme con mis compañeros, me chocó la situación que me encontré, estaban los hermanos y Amanda callados con cara de preocupación.
RYAN- (Intentando animar el
ambiente) ¿Qué os pasa chicos, no queréis cenar?
AMANDA- (Con un tono enfadado)
No vengas con bromas Ryan, sabes perfectamente lo que pasa, este es nuestro
último golpe en el que nos lo jugamos todo, si fallamos nos endeudaremos con el
capo de la Mafia Italiana, Pedro
Salazar, con quien tú mismo hiciste un trato sin contar con nosotros, tu
equipo.
RYAN- Pero si lo conseguimos
tendremos dinero para vivir 3 vidas.
AMANDA- ¿Y si no?, ¿nos
tendremos que ir del país y vivir a la sombra para siempre o peor trabajar para
Salazar hasta que muramos?
RYAN-No tienes de qué
preocuparte realmente, es una apuesta segura tenemos a los mejores armeros de todo Sudamérica, la mejor
medica de toda Europa, con una precisión que ni una máquina tendría jamás y un
conductor que puede llegar a despistar a toda la KGB pisando el acelerador.
ROGER- (Dice cortando a Ryan)
Como yo lo veo es un juego de niños, ¿no?, entráis, cogéis el pedrusco y salís,
pan comido.
TREVOR- (Sobre saltado) ¿Un
juego de niños Roger?, ¿cómo va serlo el golpe más importante de nuestras
vidas?
FRANCIS- Tranquílizate Trevor,
ya sabes como es Roger, pero tampoco es tan sencillo, estamos hablando de la
joya más importante del país, ¿ realmente crees que va a ser sencillo?
RYAN- No va a ser sencillo
por eso tenemos el plan que ya conocéis; la seguridad del museo hace el cambio
de ronda a las 7:30 am, antes de que abra el museo, en ese momento ¿ quién
cambia también de turno?
ROGER- Los limpiadores!
RYAN- (Apuntando con un boli
Roger) ¡Muy bien, 3 puntos para el caballero! Casualmente en el museo empiezan
el lunes dos nuevos limpiadores de prácticas, los caballeros “Martin Hawkins” (
apuntando a Francis) y “Ralph Murray”
(apuntando a Trevor), sin hablar de la nueva incorporación al grupo de
seguridad “Marta Alimov”(apuntando a Amanda).
FRANCIS- ¿Y tú qué harás tío
listo?
RYAN- A mi me podéis llamar “Halcón”, voy a ser vuestros ojos en todo momento, me infiltraré como paisano y os diré la posición de las cámaras, los tiempos a seguir, los obstáculos que sortear, todo.
Después de esa conversación la noche se resumió en como dimos el último repaso al plan, como siempre habituábamos a hacer.
Al día siguiente todo comenzó como se planeó, los hermanos comenzaron su turno estrenando uniforme y Amanda empezó fuerte su nuevo trabajo inmovilizando a dos de sus compañeros (una manera muy rara de crear lazos en el trabajo) y dándome acceso a la zona de control del museo. Luego de esto los hermanos empezaron su parte y desalojaron la zona con la excusa de que había una plaga de cucarachas, para poder hacer el cambio de la joya por una falsa. Entonces llegó ese momento, ese preciso momento que Amanda tanto temía, en el que se estropearía todo nuestro futuro por una pataleta de hermanos, luego del escándalo la gente se dio cuenta y los vio a con la gema en la mano, en cosa de segundos la policía ya había recibido cientos de llamadas y todos nosotros los tuvimos que salir corriendo del museo, sino fuese por Rober estaríamos todos en prisión.
Pero ese es el único lado bueno, llevo sin ver
a mis compañeros ya un año, cada día me
levanto solo, con la culpa de que ninguno puede volver a sus casa porque la
mafia de Salazar nos busca y quien es el único culpable soy yo, a veces pienso
en buscarlos e intentar otro golpe, pero no se si me volverían a hablar
siquiera.
Aunque tal vez debería intentarlo.
VICTOR, 1º BACH-B
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