- Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616).-
Nació en Alcalá de Henares. Vivió un tiempo en Italia y
participó en la batalla de Lepanto, donde fue herido en la mano izquierda. De regreso
a España, su barco fue apresado por los piratas turcos y pasó cinco años de
cautiverio en Argel. Ya en España, ejerció en Sevilla el puesto de comisario
encargado de la provisión de víveres para la Armada Invencible,
trabajo que le acarreó alguna estancia en la cárcel. Sus últimos años
transcurrieron en Valladolid y en Madrid. A caballo entre el Renacimiento y el
Barroco , entre el esplendor y la decadencia de un imperio, la experiencia
vital le sirvió a Cervantes para su creación literaria y para reflejar en ella
una época tan densa en acontecimientos como la suya.
El capítulo VIII de la primera parte de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, tiene este título: “Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento...”.Así comienza este capítulo, con don Quijote iniciando segunda salida de su pueblo, esta vez ya acompañado por Sancho Panza, habiendo salido en mitad de la noche para no ser vistos por sus familias y vecinos que seguro habrían intentado impedir su marcha. Con los primeros rayos del sol de aquella mañana, comienza la aventura:
“En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.
-¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.
-Aquellos que allí ves –respondió su amo- de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
-Mire vuestra merced –respondió Sancho- que aquellos que allí se aparecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.”
¿Por qué la batalla contra unos molinos de viento es la más recordada, ilustrada, pintada o puesta en escena, de todas las aventuras o disputas que en la obra aparecen?
Don Quijote ve gigantes sin duda. Gigantes que amenazaban a los vecinos de aquel lugar. Loco o cuerdo, que más da, don Quijote nos demuestra su valentía y compromiso con los valores que él mismo quiso aceptar al hacerse caballero andante. No le importaron su número, él solo entendía que debía entrar en batalla contra ellos y derrotarlos, por considerarlos “mala simiente sobre la faz de la tierra” y causantes de las no pocas desdichas que en aquella época asolaban a la humilde sociedad manchega.
Al poco de ser volteado por las aspas del molino, roto y en
el suelo, ya los reconoce como molinos de viento, si bien culpa de esto al
sabio Frestón que los había cambiado por molinos de viento para que no fuesen
derrotados aquellos gigantes por su valentía.
-Vídeo de Don quijote y los molinos de viento.-
Comentario personal.
-La finalidad del video era animar a las personas que veian esta serie de dibujos animados creada en 1978 a familiarizarse con la obra de Miguel de Cervantes llamada Don quijote de La Mancha es una de las obras más importantes de nuestra literatura ,el carácter de la serie de dibujos animados es didáctico es una adaptación de una obra clásica para hacer más fácil su entendimiento , su objetivo era dar a conocer grandes obras en este caso - Don quijote de La Mancha- , y reconocer los valores que resalta la obra de Cervantes. Es una buena iniciativa que gracias a su adaptación hace más facil comprender la obra. He elegido la aventura de los molinos que pertenece al capítulo VIII de la primera parte de la obra de Don Quijote ,porque me parece divertida e interesante y demuestra la cordura de Don Quijote creyendo que los molinos de la Mancha eran gigantes y luchando contra ellos.
Muy bien, un 8.
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