"EL CEMENTERIO"
Érase una vez un 31 de
octubre a medianoche. Había mucha niebla
y un ambiente húmedo y misterioso. Era la noche de Halloween y mucha
gente estaba celebrándolo en toda España. Esa noche, Alejandro, un jóven
albaceteño, iba en su coche desde su casa, en las afueras de Albacete, hasta el
centro de la ciudad. Se dirigía al centro
porque había quedado con sus amigos allí para estar con ellos en la
noche de Halloween. Esa noche la carretera estaba con poco tráfico y había
mucha niebla. Alejandro, de camino a la ciudad, pasó cerca del cementerio y vio
luces y varias personas en la puerta del cementerio, por lo que pensó que tal
vez estaban haciendo algunos juegos y actividades relacionados con el Halloween allí.
Más tarde llegó al centro de
Albacete y se reunió con sus amigos a
dar un paseo para ver los disfraces de la gente. Después de esto, Ana y Luis ,
sus dos amigos, propusieron contar historias de terror en la oscuridad de la noche,
así que se quedaron como una hora contando historias de terror sentados en un
banco del parque. Después de un rato los amigos empezaron a aburrirse y
entonces Alejandro recordó lo que había visto en el cementerio y se lo contó a
Ana y Luis. Así que los amigos decidieron ir al cementerio para ver si la gente
seguía allí celebrandoel Halloween. Así
que los tres amigos se subieron al coche de Alejandro y fueron al cementerio.
Cuando llegaron no vieron
nada al principio, pero luego vieron una pequeña luz que salía del interior del
cementerio, así que entraron. Cuando entraron en el cementerio siguieron la luz
para ver si encontraban a la gente que estaba allí, pero cuando llegaron a
donde estaba esa luz misteriosa se dieron cuenta de que no había nadie y que
era simplemente una antorcha que estaba en la pared.
Decepcionados, los tres
amigos se dirigieron hacia la salida para volver a Albacete, pero, después de
caminar un rato en la oscuridad, Alejandro se dio la vuelta y se dio cuenta de
que sus dos amigos no estaban allí. Al principio se asustó, pero luego pensó
que le estaban gastando una broma o iban a darle un susto. Entonces Alejandro
decidió buscarlos en el cementerio pensando que estarían escondidos en algún
lugar para asustarlo. Después de buscarlos por todo el cementerio, Alejandro
empezó a asustarse porque no los veía. Entonces, asustado, el jóven corrió
hacia la salida, pero, cuando llego a la salida todo quedó en silencio,y tras
esto se escuchó un espeluznante y ensordecedor grito fuera del cementerio en la
fría noche. Tras esto, solo puedo contaros que ninguno de los tres amigos
regresaron a sus casas esa noche.
Dos días despuésla policía,
después de la denuncia de la desaparición de los jóvenes, llegó a la puerta del
cementerio, donde los tres amigos habían sido vistos por última vez. Cuando
llegaron inspeccionaron el cementerio y no encontraron nada, pero encontraron
el coche de Alejandro fuera del cementerio. Sólo había una nota en el cristal
del coche.
En la nota había una sola
frase: "No nos gustan las visitas nocturnas, dejadnos descansar en
paz".
Relato escrito por Daniel Alfaro Sánchez de 1BACH B
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