miércoles, 26 de octubre de 2022

 "EL CEMENTERIO"

Érase una vez un 31 de octubre a medianoche. Había mucha niebla  y un ambiente húmedo y misterioso. Era la noche de Halloween y mucha gente estaba celebrándolo en toda España. Esa noche, Alejandro, un jóven albaceteño, iba en su coche desde su casa, en las afueras de Albacete, hasta el centro de la ciudad. Se dirigía al centro  porque había quedado con sus amigos allí para estar con ellos en la noche de Halloween. Esa noche la carretera estaba con poco tráfico y había mucha niebla. Alejandro, de camino a la ciudad, pasó cerca del cementerio y vio luces y varias personas en la puerta del cementerio, por lo que pensó que tal vez estaban haciendo algunos juegos y actividades relacionados con el  Halloween allí.

Más tarde llegó al centro de Albacete  y se reunió con sus amigos a dar un paseo para ver los disfraces de la gente. Después de esto, Ana y Luis , sus dos amigos, propusieron contar historias de terror en la oscuridad de la noche, así que se quedaron como una hora contando historias de terror sentados en un banco del parque. Después de un rato los amigos empezaron a aburrirse y entonces Alejandro recordó lo que había visto en el cementerio y se lo contó a Ana y Luis. Así que los amigos decidieron ir al cementerio para ver si la gente seguía allí celebrandoel  Halloween. Así que los tres amigos se subieron al coche de Alejandro  y fueron al cementerio.

Cuando llegaron no vieron nada al principio, pero luego vieron una pequeña luz que salía del interior del cementerio, así que entraron. Cuando entraron en el cementerio siguieron la luz para ver si encontraban a la gente que estaba allí, pero cuando llegaron a donde estaba esa luz misteriosa se dieron cuenta de que no había nadie y que era simplemente una antorcha que estaba en la pared.

Decepcionados, los tres amigos se dirigieron hacia la salida para volver a Albacete, pero, después de caminar un rato en la oscuridad, Alejandro se dio la vuelta y se dio cuenta de que sus dos amigos no estaban allí. Al principio se asustó, pero luego pensó que le estaban gastando una broma o iban a darle un susto. Entonces Alejandro decidió buscarlos en el cementerio pensando que estarían escondidos en algún lugar para asustarlo. Después de buscarlos por todo el cementerio, Alejandro empezó a asustarse porque no los veía. Entonces, asustado, el jóven corrió hacia la salida, pero, cuando llego a la salida todo quedó en silencio,y tras esto se escuchó un espeluznante y ensordecedor grito fuera del cementerio en la fría noche. Tras esto, solo puedo contaros que ninguno de los tres amigos regresaron a sus casas esa noche.

Dos días despuésla policía, después de la denuncia de la desaparición de los jóvenes, llegó a la puerta del cementerio, donde los tres amigos habían sido vistos por última vez. Cuando llegaron inspeccionaron el cementerio y no encontraron nada, pero encontraron el coche de Alejandro fuera del cementerio. Sólo había una nota en el cristal del coche.

En la nota había una sola frase: "No nos gustan las visitas nocturnas, dejadnos descansar en paz".


 
Relato escrito por Daniel Alfaro Sánchez de 1BACH B


No hay comentarios:

Publicar un comentario