viernes, 2 de mayo de 2014

QUEVEDO Vs GÓNGORA




EL ARTE DE INSULTAR



Si hay algo que dominan estos dos grandes poetas es el arte de insultar.  Inteligentes, brillantes, con un dominio apabullante de la lengua , tenían ambos  un carácter hosco y desagradable que les llevó  a protagonizar uno de las disputas poéticas más violentas de la historia de la Literatura.
Leamos unos cuantos poemas que se dedicaron el uno al otro. Cedamos primero la palabra a don Francisco que de esto de insultar sabía lo suyo:


Quevedo se ríe en este poema de Góngora y cuenta que podemos acabar escribiendo como él en un solo día:

Aguja de navegar cultos con la receta para hacer “Soledades” en un día, y es probada
Quien quisiere ser Góngora en un día
la jeri (aprenderá) gonza siguiente:
fulgores, arrogar, joven, presiente,
candor, construye, métrica, armonía;
poco, mucho, si, no, purpuracía,
neutralidad, conculca, erige, mente,
pulsa, ostenta, librar, adolescente,
señas, traslada, pira, frustra, harpía.
Cede, impide, cisuras, petulante,
palestra, liba, meta, argento, alterna,
si bien, disuelve, émulo, canoro.
Use mucho de líquido y de errante,
su poco de nocturno y de caverna,
anden listos livor, adunco y poro;
que ya toda Castilla con sola esta cartilla
se abrasa de poetas babilones,
escribiendo sonetos confusiones;
y en la Mancha pastores y gañanes,
atestadas de ajos las barrigas,
hacen ya soledades como migas.


Quevedo odiaba a los judios y siempre acusaba a Góngora de serlo por su enorme nariz:


Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,perro de los ingenios de Castilla,docto en pullas, cual mozo de camino;apenas hombre, sacerdote indino,que aprendiste sin cristus la cartilla;chocarrero de Córdoba y Sevilla,y en la Corte bufón a lo divino.¿Por qué censuras tú la lengua griegasiendo sólo rabí de la judía,cosa que tu nariz aun no lo niega?No escribas versos más, por vida mía;aunque aquesto de escribas se te pega,por tener de sayón la rebeldía.

 Quevedo su burla del estilo de Góngora. Ahora se ríe de los cultismos léxicos  y de los neologismos o palabras nuevas que inventa Góngora en su búsqueda de la dificultad y la belleza:

¿Qué captas, noturnal, en tus canciones,
Góngora bobo, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcivolallas,
las reptilizas más y subterpones?
Microcósmote Dios de inquiridiones,
y quieres te investiguen por medallas
como priscos, estigmas o antiguallas,
por desitinerar vates tirones.
Tu forasteridad es tan eximia,
que te ha de detractar el que te rumia,
pues ructas viscerable cacoquimia,
farmacofolorando como numia,
si estomacabundancia das tan nimia,
metamorfoseando el arcadumia.


Aquí el famosísimo soneto A una nariz dedicado a Góngora (era proverbial la larga nariz de los judíos)

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito



 El título de este poema deja bien clara la intención “Contra Luis de Góngora”. Quevedo se burla aquí  de la forma de escribir de Góngora que utiliza términos muy rebuscados para decir cosas muy sencillas y muestra en este poema cómo Góngora hablaría del “culo”, con perdón:

Contra Don Luis de Gongora

 
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;
el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.
 

Habla ahora don Luis de Góngora, que también era fino insultando. Si Quevedo se reía de la nariz de Góngora, Góngora se burla ahora de los pies  de Quevedo, que hacían que anduviera cojeando, y de sus gafas, los famosos “quevedos”:

Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.


Atribuido a Góngora, titulado  A don Francisco de Quevedo,le llama borracho y vuelve a mencionar su cojera:

Cierto poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se metió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.

Era su benditísima esclavina,
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón del más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina
a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,
que en oro engasta, santa insignia,
aloque, a San Trago camina, donde llega:
que tanto anda el cojo como el sano.

Por último ,Góngora dice que Quevedo, como es un mal poeta, se mete con él para medrar y conseguir una fama que no merece:

Musa que sopla y no inspiray sabe que es lo traidorponer los dedos mejoren mi bolsa que en su lira,no es de Apolo, que es mentira.




GEMA MAGÁN CANO 1ºCTC

1 comentario: