RELATOS DE FANTASMAS
SE NECESITA FANTASMA
Esta historia comienza
cuando un señor decide comprar un castillo porque creía en lo sobrenatural y
suponía que la mansión de Goresthorpe Granje tendría un fantasma. Pero se
equivocó, no había fantasma.
Su mujer, Matilde, tenía
un primo (Jack Brocket) que podría ayudarlos. Se ganaba la vida haciendo
encargos extraños.
Jack les escribiría en
cuanto tuviese alguna novedad. Buscó en la estantería pero los espiritistas
profesionales no les servían. Preguntó en la taberna y encontró a un individuo
llamado Abrahams que les visitaría en una semana.
El señor Abrahams era individuo bajito y rechoncho.
Llevaba un maletín de cuero y se fijaba en todos los muebles de la casa.
Hicieron un recorrido
por todo el castillo para elegir la habitación adecuada. Finalmente, eligió la
sala de los banquetes porque ahí los fantasmas tenían espacio para circular. Le
enseñó una poción (Lucoptolycus) para elegir al fantasma que más le gustase.
Fijaron una hora para
empezar la visita, la una menos cuarto, mientras Abrahams preparaba la
habitación.
Cuando llegó la hora
(doce y media) subió. Se tuvo que beber la poción y mientras, el sr. Abrahams
dibujó un círculo en el suelo con tiza.
Empezaron a desfilar
fantasmas: una viejecilla que maldecía a la gente, un caballero ensangrentado,
otro con la carne putrefacta, una hermosa joven vestida de estilo
anticuado...Todos iban desapareciendo.
Eligió a la joven. Pero
un grito de: ¡Nos han robado! Le hizo volver en sí. Estaba tumbado en el suelo
boca arriba con el frasco de la poción en la mano.
El sr. Abrahams era un
famoso ladrón que debió de oír en la taberna que necesitaba un fantasma.
No volvió a ver sus
objetos de valor. El médico le explicó que la poción era un fuerte sedante que
ocasionaba visiones.
Perdió su pasión por los
fantasmas.
Alejandro Escribano Palomares. 1ºD
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