RELATOS DE FANTASMAS
La litera superior
Un hombre que había cruzado
muchas veces el Atlántico se disponía a hacer su último viaje en el barco que
se llamaba el Kamtschatka.
Cuando llegó al barco le saludó
el camarero y cogió sus maletas y le dijo al camarero camarote 105, litera
inferior. El camarero dijo en voz baja ¡qué mala suerte! Y fueron al camarote y
dejaron las maletas y esperaba tener el camarote para el solo que se decepcionó
porque vio las maletas en la habitación de su compañero.
Por la noche se despertó por un
ruido que supuso que el compañero había bajado de su litera en medio de la
noche y había salido corriendo de la habitación.
A la mañana siguiente, se
encontró con el doctor y le dijo: ¡Vaya nochecita! El no entendía lo que le
quería decir el doctor, porque pensaba que era la humedad que entraba por la
portilla y le ofreció que si él quería que se podía ir al camarote del doctor
pero el rechazó la oferta.
Se encontró con el camarero que
le dijo que el capitán quería verle y fue hacía el camarote del capitán. Él le
contó al capitán lo que había pasado durante la noche y el capitán le dijo que
su compañero se tiro al agua, y le ofreció irse al camarote de quien quisiera
pero el rechazó la oferta, y el capitán le dijo que se iba a ir a su camarote
para ver lo que pasaba.
Por la noche el capitán estaba
sentado en una silla al lado de la puerta y el tumbado en la litera inferior,
le estaba hablando el capitán, pero él estaba mirando por la portilla, cuando
el capitán se dio cuenta de lo que él estaba mirando, las palomillas de latón
estaban empezando a moverse solas el capitán y el estaban intentando taparlo
con todas sus fuerzas cuando cayeron al suelo, y se dieron cuenta de que hay
había alguien.
Abrieron las cortinas de la
litera superior y había un muerto viviente al que se enfrentaron y ese ser
salió corriendo por la puerta.
Desde ahora si vas al barco y
preguntáis por el camarote 105 os dirán que está ocupado, y en efecto está por
un muerto viviente.
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