miércoles, 25 de septiembre de 2019



       Redacción de lengua       
                      

El libro sobre el que hablaré es una novela. Cuenta la historia de una familia afgana que vive en una ciudad tranquila, pero poco a poco aquella paz cesa hasta el punto de huir del hogar dónde vivieron durante años para salvar sus vidas.

El nombre de la novela es El fuerte de las nueve torres, escrita por QaisAkbar Omar, afgano, musulmán, tejedor de alfombras, periodista, ayudante de dirección, boxeador y Qais, el cortador de cometas. El estilo queusa es cercano, provocando que la historia sea íntima y personal, como si el escritor te lo contara cara a cara, al menos yo lo sentí así.

La razón por la que decidí leer este libro fue por el consejo de una profesora, siempre me ha gustado leer pero no siempre he tenido tiempo suficiente para hacerlo. Aquella vez decidí que era hora de retomar lecturas continuas, y El fuerte de las nueve torresfue la mejor elección para iniciar nuevamente.

Durante toda la historia, la narración es hecha por Qais, al principio tiene alrededor de 7 - 8 años. Nos describe a su familia, la experiencia de vivir en la gran casa de su abuelo, su relación con tíos, primos, la vida que llevaba cada uno antes de vivir catástrofes que acabarían con muchas cosas, tales como serían el ir al colegio, a trabajar, visitar a sus vecino. El tener que madurar en la niñez para poder sobrevivir y sobrellevar una guerra delante de tus ojos.

Qais aclaró en la novela que para él fue más duro dejar su vida diaria, que huir de su casa, y después del país. Esto ocurrió en los años noventa y a día de hoy muchos niños junto a sus familias viven la misma situación, esa es la razón por la que más me impactó la historia. No existen muchas personas que se hayan atrevido a escribir el horror que vivieron en la época, por ende el autor es un hombre valiente e intrépido, desde muy joven.

Lo que más tengo presente del libro, es cuando conoció a una mujer sorda, tejedora de alfombras. Esto sucedió durante una de las tantas paradas que hizo la familia, al ser acogidos por una amable familia que les brindó apoyo y un hogar temporal hasta poder seguir adelante. Qais al principio no supo cómo comunicarse con ella, nadie lo hacía, sin embargo él, mediante gestos, miradas y el que ella pudiera leer los labios les permitió un tipo de comunicación entre ambos.

Pasaron meses conociendo el uno del otro, de alguna forma se comprendían sin necesidad de charlas continuas. La mujer, solo un par de años mayor que Qais, enseñó a éste a tejer, cosa que en el futuro le sirvió para ganar dinero y ayudar a su familia. Pero,¿qué fue lo que realmente me impactó?

Hoy en día se dice que para conocer a una persona necesitas comunicación y entendimiento, pero tanto Qais como su profesora demostraron que el habla no siempre es importante, que si quieres, puedes conocer a otra persona sin cruzar palabra, sino mediante gestos, actos, promesas… Una mirada muchas veces, vale más que mil palabras.

Jeymie Isabel Núñez Díaz.

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