María de Zayas y Sotomayor, escritora sin rostro
Por Alicia Yllera.
Muy poco sabemos de la vida de María de Zayas y Sotomayor, salvo que era madrileña, que vivió en la primera mitad del siglo XVII (1590-1647?) y que escribió en el entorno de Lope de Vega, quien alabó su talento.
Fue celebrada como poetisa en las academias literarias madrileñas de la época. Compuso al menos una obra dramática, La traición en la amistad, editada por vez primera a principios del siglo XX. Pero su renombre se debe esencialmente a sus dos colecciones de diez novelas cortas enmarcadas, publicadas en Zaragoza, en 1637 y 1647 respectivamente: las Novelas amorosas y ejemplares y la Parte segunda del Sarao y entretenimiento honesto. Ambas obras se inscriben dentro del auge que cobra la novela corta en España a raíz de la aparición de las Novelas ejemplares (1613), de Cervantes. Contaron con gran éxito y numerosas traducciones a otras lenguas, éxito internacional solo superado, entre los novelistas del siglo XVII, por Cervantes, Mateo Alemán y Quevedo. Tuvieron gran influencia especialmente sobre la literatura francesa.
Ningún censor del siglo XVII encontró nada que objetar a sus novelas, pero el puritanismo y la misoginia del siglo XIX y de principios del XX censuraron su obra, tildando algunas de sus novelas de «libertinas», «obscenas» o «crudas».
El renacer del interés por su obra, en las últimas décadas, está en buena medida vinculado a la aparición de la crítica feminista, ya que en María de Zayas la cuestión femenina es el centro de su obra. Sin embargo, el interés de su pensamiento y de su denuncia de la educación «castradora» recibida por las mujeres, o la fuerza de su defensa de su buen nombre, de su derecho a la cultura y al renombre literario no puede hacernos olvidar que es, ante todo, una gran novelista, que narra con extraordinaria habilidad y ensarta con soltura motivos de origen diverso para construir una historia nueva e interesante.
Muy poco sabemos de la vida de María de Zayas y Sotomayor, salvo que era madrileña, que vivió en la primera mitad del siglo XVII (1590-1647?) y que escribió en el entorno de Lope de Vega, quien alabó su talento.
Fue celebrada como poetisa en las academias literarias madrileñas de la época. Compuso al menos una obra dramática, La traición en la amistad, editada por vez primera a principios del siglo XX. Pero su renombre se debe esencialmente a sus dos colecciones de diez novelas cortas enmarcadas, publicadas en Zaragoza, en 1637 y 1647 respectivamente: las Novelas amorosas y ejemplares y la Parte segunda del Sarao y entretenimiento honesto. Ambas obras se inscriben dentro del auge que cobra la novela corta en España a raíz de la aparición de las Novelas ejemplares (1613), de Cervantes. Contaron con gran éxito y numerosas traducciones a otras lenguas, éxito internacional solo superado, entre los novelistas del siglo XVII, por Cervantes, Mateo Alemán y Quevedo. Tuvieron gran influencia especialmente sobre la literatura francesa.
Ningún censor del siglo XVII encontró nada que objetar a sus novelas, pero el puritanismo y la misoginia del siglo XIX y de principios del XX censuraron su obra, tildando algunas de sus novelas de «libertinas», «obscenas» o «crudas».
El renacer del interés por su obra, en las últimas décadas, está en buena medida vinculado a la aparición de la crítica feminista, ya que en María de Zayas la cuestión femenina es el centro de su obra. Sin embargo, el interés de su pensamiento y de su denuncia de la educación «castradora» recibida por las mujeres, o la fuerza de su defensa de su buen nombre, de su derecho a la cultura y al renombre literario no puede hacernos olvidar que es, ante todo, una gran novelista, que narra con extraordinaria habilidad y ensarta con soltura motivos de origen diverso para construir una historia nueva e interesante.
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