COMENTARIO SONETO XIX FERNANDO DE HERRERA
Yo vi unos bellos ojos que hicieron
con dulce flecha un corazón cuitado,
y que, para encender nuevo cuitado,
su fuerza toda contra mi pusieron.
Yo vi que muchas veces prometieron
remedio al mal que sufro no cansado,
y que, cuando esperé verlo acabado,
pocas mis esperanzas e valieron.
Yo veo que se esconden ya mis ojos,
y crece mi dolor, y llevo ausente
en el rendido pecho el golpe fiero.
Yo veo ya perderse los despojos
y la menbranza de mi bien presente,
y en ciego engaño de esperanza muero.
Ana Molina Gomariz 1ºCTC
AUTOR:
Fernando de
Herrera (Sevilla, 1534 - 1597) fue
un escritor español del Siglo de Oro, conocido especialmente por su obra
poética. Fue apodado «el Divino».
Su poesía parte de la herencia petrarquista, en
la que pretende introducir novedades, y él mismo plantea su producción como una
profundización con respecto de Garcilaso de la Vega.
Su obra literaria es relativamente variada, teniendo en
cuenta, además, las obras perdidas. Entre sus obras conservadas destacan unas
en prosa, como la Relación de
la guerra de Chipre y suceso de la batalla naval de Lepanto y el Elogio
de la vida y muerte de Tomás Moro, semblanza de su vida con valoraciones de
su pensamiento político.
Nació en Sevilla en el seno de una muy
humilde familia, y se educó a las órdenes del maestro Pedro Fernández de Castilleja sin obtener, a lo que parece,
título académico alguno. En 1572 publica en Sevilla su Relación de la guerra de Chipre y
suceso de la batalla naval de Lepanto, en que incluyó su celebérrima Canción en alabança de la Divina
Majestad por la victoria del señor don Juan en la batalla de Lepanto. Tras la muerte de su musa
en 1578, Herrera se dedicó a corregir y limar los versos nacidos de su amor
juvenil.
La poesía de Fernando de Herrera se considera un hito
ineludible en la superación del petrarquismo en las letras españolas y, por ahí, un eslabón importantísimo en la
evolución de la poesía cultista castellana desde Garcilaso
de la Vega a Luis de Góngora. Se han perdido algunas obras juveniles de Herrera, la
mayoría de épica culta e inspiradas en Claudiano: La
gigantomaquia, El robo de
Proserpina, Amadís. También se ha perdido el "poema
trágico" de Los amores de
Lausino y Corona, que debía cantar las relaciones del poeta con Leonor de
Milán. Se conservan menciones a un poema heroico sobre grandes personajes
españoles y a otro didáctico sobre "la origen y orden firme de las
cosas".
La simbología lumínica y sus varias coagulaciones metafóricas en sus
versos amorosos tiene que ver con el platonismo que acusan; como "claroscuro sentimental" lo califica el
hispanista Oreste Macrí. Se trata de un amplio cancionero
petrarquista que atraviesa por tres
estados: una revelación amorosa que contiene el elogio cortesano y galante de
la belleza de la amada; un estadio de fugaz relación humana y, por último, una vuelta
de la amada a la inicial tibieza que tiñe el amor del poeta en los colores de
la nostalgia: surge el canto a la noche y a la oscuridad y el ubi sunt? Este desengaño le
impulsará hacia la poesía moral. Puede
considerarse, en conjunto, por su poesía atormentada y prebarroquista, dentro
del Manierismo.
TEMA:
El tema del soneto XIX es la desesperación del poeta al
ver que no se puede cumplir su deseo de estar con su amada pues el espera
mientras se le pasa la vida y se hace viejo pero ella no llega nunca.
El tema secundario del soneto es la fugacidad de la
vida y como el autor en su espera pierde su presencia, es decir, se vuelve
viejo como dice el poeta se esconden sus ojos y pierde su bien presente.
ESTRUCTURA EXTERNA:
El poema está formado por catorce versos endecasílabos
con rima consonante ABBA, ABBA, CDE, CDE.
·
Del verso 1 al 4: el poeta cuenta como vio unos
ojos muy bonitos que lo enamoraron, que vovieron a mirarlo para encender de
nuevo su corazón.
·
Del verso 5 al 8: habla de cómo esos ojos
prometieron poner remedio a su sufrimiento pero por más esperanza que tubo no
lo hicieron.
·
Del verso 9 al 11: el poeta dice que se esconden
sus ojos pero que aun lleva el dolor de ese amor en su corazón.
·
Del verso 12 al 14: el poeta se da cuenta que ha
vivido en un engaño y que esta muriendo aun con esa esperanza.
ESTRUCTURA
INTERNA:
El soneto tiene una estructura
climática descendente ya que comienza con gran pasión y acaba en un descenso y pérdida de esa pasión.
Creo que la pasión es mayor en
los cuartetos que en los tercetos.
NIVEL
FÓNICO:
La composición del soneto consta
de catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos con
rima consonante ABBA en los cuartetos y CDE en los tercetos.
El ritmo del poema es tranquilo pero va descendiendo en intensidad a partir del verso 9, principio
del primer terceto.
NIVEL
MORFOSINTACTICO:
La oración principal se encuentra
en los versos 1 y 2 “yo vi unos bellos ojos que hirieron con dulce flecha un
corazón cuitado”. Hay una escasez de conjunciones y los verbos están
generalmente en pasado y en presente.
§
Paralelismo: repetición de estructuras al principio de los cuartetos “yo vi” y de los
tercetos “yo veo”.
§
Hipérbaton: alteración del orden de la palabras
en los versos 1 “unos bellos ojos” y el
11 “el rendido pecho”.
NIVEL
SEMÁNTICO:
El vocabulario es sencillo pero
con gran lirismo.
§
Personificación: en el verso 2 “dulce flecha” y
en el verso 14 “ciego engaño”.
CONCLUSIÓN:
En este soneto habla de cómo el
poeta se enamora al ver los ojos de una dama y como la espera mientras que pasa
la viva y a causa de ese engaño por esperanza muere.
El poema se divide en dos
cuartetos y dos tercetos con rima consonante entre ellos y formados por versos
endecasílabos.
Tiene un vocabulario sencillo
pero que tiene gran lirismo y armonía.
OPINIÓN:
El poema me ha gustado porque
expresa muy bien los sentimientos del autor en esa situación y como cuenta cómo
pasa el tiempo y el sigue teniendo la esperanza, aunque en la primera lectura
me ha parecido un poco complejo el vocabulario en los dos tercetos finales.
Muy bien, un 8. Algunas figuras más. Pasado frente a presente en cuartetos y tercetos.
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