Guillem de Cabestany fue un caballero de la comarca de Rosellón que confina con Cataluña y con el Narbonés. Fue hombre muy agradable en la persona y muy famoso en armas, cortesía y servicio. Y había en su comarca una dama que se llamaba mi señora Saurimonda, esposa de Ramon de Castell Rosselló, que era muy noble y rico, malo, bravo, fiero y orgulloso. Y Guillem de Cabestany amaba a la dama por amor y sobre ella cantaba y hacía sus canciones. Y la dama, que era joven, alegre, gentil y hermosa, lo quería más que a nada en el mundo. Y esto fue dicho a Ramon de Castell Rosselló; y él, como hombre iracundo y celoso, inquirió el hecho y supo que era verdad, e hizo guardar a su esposa. Y cierto día Ramon de Castell Rosselló se encontró paseando con Guillem de Cabestany, que iba sin gran acompañamiento, y lo mató; le hizo extraer el corazón del cuerpo y le hizo cortar la cabeza; e hizo llevar el corazón a su casa, y asimismo la cabeza; e hizo asar el corazón y condimentar con pimienta, y lo hizo dar a comer a su esposa. Y cuando la dama lo hubo comido, Ramon de Castell Rosselló le dijo: «¿Sabéis qué es lo que habéis comido?» y ella dijo: «No, sino que era una vianda muy buena y sabrosa.» Y él le dijo que era el corazón de Guillem de Cabestany lo que ella había comido; y, para que lo creyera mejor, hizo llevar la cabeza delante de ella. Y cuando la dama rio y oyó esto, perdió la vista y el oído. Y cuando volvió en sí dijo: «Señor, me habéis dado tan buen manjar que nunca más comeré otro.» y cuando él lo oyó, corrió con su espada y quiso darle en la cabeza; y ella corrió hacia un balcón y se dejó caer abajo, y así murió. Y por el Rosellón y por toda Cataluña corrió la noticia de que Guillem de Cabestany y la dama habían muerto tan traidoramente y que Ramon de Castell Rosselló había dado de comer a la dama el corazón de Guillem. Hubo gran tristeza por todas las comarcas; y la queja llegó ante el rey de Aragón, que era señor de Ramon de Castell Rosselló y de Guillem de Cabestany. Y fue a Perpiñán, en el Rosellón, e hizo que Ramon de Castell Rosselló se presentara ante él; y, cuando hubo llegado, lo hizo prender y le quito todos sus castillos y los hizo destruir, y le quitó todo cuanto tenía, y lo metió en prisión. Y luego hizo recoger a Guillem de Cabestany y a la dama, y los hizo llevar a Perpiñán y poner en un monumento delante de la puerta de la iglesia; e hizo dibujar sobre el monumento cómo habían sido muertos; y ordenó que por todo el condado de Rosellón todos los caballeros y las damas les celebraran aniversario todos los años. Y Ramon de Castell Rosselló murió en la prisión del rey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario