sábado, 30 de noviembre de 2013

Romance del enamorado de la muerte.




ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE


Un sueño soñaba anoche  soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,   que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca,   muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor?   ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,   ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante:   la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa,   déjame vivir un día!
—Un día no puede ser,   una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba,   más deprisa se vestía;
ya se va para la calle,   en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca,   ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir   si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,   mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche,   ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,   junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana   donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda   para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare,   mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;   la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado,   que la hora ya está cumplida.


Anónimo. 



Tema: Este romance habla de un hombre enamorado al que le ha llegado la hora de la muerte.


Clasificación: Se trata de un romance antiguo, cuya métrica es de versos octosílabos y con rima en los versos pares, es anónimo y de tipo lírico ya que trata un asunto sentimental.
 


Figuras retóricas:
  • ·         El autor utiliza la aliteración, ya que repite el sonido S para producir un efecto acústico (por ejemplo en sueño, soñaba y soñito).
  • ·         Aparece también el epíteto, que señala una cualidad natural del nombre al que acompaña (por ejemplo en la nieve fría).
  • ·         También utiliza el símil, donde compara (por ejemplo en blanca como la nieve).
  • ·         Aparece la personificación, donde atribuye características humanas (por ejemplo, habla de la muerte como si fuera una persona).



Sara Moreno López 1ºCTC

1 comentario: