jueves, 14 de noviembre de 2013

EL CONDE LUCANOR .CUENTO XIX

 El Conde Lucanor  es una obra narrativa de la literatura española medieval escrita por Don Juan Manuel entre 1330 y 1335 . Consta de cinco partes, la más conocida es una serie de 51 <<enxiemplos>> o cuentos moralizantes . La estructura del libro consiste en que El conde Lucanor empieza la conversación con su consejero Patronio planteándole un problema y solicita consejo para resolverlo. Patronio siempre responde con gran humildad, asegurando no ser necesario dar consejo a una persona tan ilustre como el conde, pero ofreciéndose a contarle una historia de la que este podrá extraer una enseñanza para resolver su problema ,al final, El libro se cierra con un pareado que condensa la moraleja de la historia.

Este ejemplo es el Cuento XIX , trata sobre un día en el que el conde Lucanor le dijo a Patronio que tenia un enemigo que tenia un pariente y que ese pariente se enfado con él y le había  pedido ayuda  para vengarse de él. El Conde le pidió su opinión a Patronio.
Entonces Patronio le contó la historia de lo que le sucedió a los cuervos con los búhos:
Entre los búhos y los cuervos había guerra y entonces los cuervos eran atacados por los búhos por la noche por lo que los cuervos quería vengarse de ellos.
El cuervo más sabio tuvo la idea de que le desplumaran y fuese para ellos para decirles que quería vengarse de ellos por haberle hecho eso y que además sé lo habían hecho por aconsejar que no atacaran a los búhos.
Entonces los búhos se lo creyeron y empezaron a confiar en él. Pero había un búho sabio entre ellos que había visto que el cuervo los estaba mintiendo el cual se separo de ellos y se fue a un sitio donde los cuervos no lo vieran.
 Cuando al cuervo le crecieron las plumas le dijo a los búhos que como podía volar iba ir en busca de los cuervos y que luego volvería a decirles a donde estaban para matar a los cuervos. Al llegar el cuervo al lugar donde se encontraban los cuervos les dijo lo que hacían los búhos y mataron a tantos búhos que quedaron vencedores.
Cuento XIX[Cuento: Texto completo.]Juan Manuel
Lo que sucedió a los cuervos con los búhos
Hablaba otro día el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le dijo:
-Patronio, estoy en lucha con un enemigo muy poderoso, que tenía en su casa a un pariente que se había criado con él y a quien había favorecido muchas veces. Una vez, por una disputa entre ellos, mi enemigo causó graves daños y deshonró a su pariente que, aunque le estaba muy obligado, pensando en aquellas ofensas y buscando la forma de vengarse, desea aliarse conmigo. Creo que me sería hombre muy útil, pues podría aconsejarme el mejor modo de hacerle daño a mi enemigo, ya que lo conoce muy bien. Por la gran confianza que me merecéis y por vuestro buen sentido, os ruego que me aconsejéis el modo de solucionar esta duda.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, lo primero que debo deciros es que ciertamente este hombre ha venido a vos para engañaros, y, para que sepáis cómo lo intentará conseguir, me gustaría que supierais lo que sucedió a los cuervos con los búhos.
El conde le preguntó lo que había sucedido en este caso.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, los cuervos y los búhos estaban en guerra entre sí, pero los cuervos llevaban la peor parte porque los búhos, que sólo salen de noche y de día permanecen escondidos en lugares muy ocultos, volaban al amparo de la oscuridad hasta los árboles donde se cobijaban los cuervos, golpeando o matando a cuantos podían. Como los cuervos sufrían tanto, uno de ellos muy experimentado, al ver el grave daño que recibían los suyos, habló con sus parientes los cuervos y encontró un medio para vengarse de sus enemigos los búhos.
»Este era el medio que pensó y puso en práctica: los cuervos le arrancaron las plumas, excepto alguna de las alas, por lo que volaba muy poco y mal. Así, lleno de heridas, se fue con los búhos, a los que contó el mal y el daño que le habían causado los cuervos porque él no quería la guerra contra los búhos, por lo cual, si ellos lo aceptaban como compañero, estaba dispuesto a decirles las mejores maneras para vengarse de los cuervos y hacerles mucho daño.
»Los búhos, al oírlo, se pusieron contentos porque pensaban que con este aliado podrían derrotar a sus enemigos los cuervos, con lo cual empezaron a tratarlo muy bien y le hicieron partícipe de sus planes secretos y de sus proyectos para la lucha.
»Sin embargo, había entre los búhos uno que era muy viejo y que tenía mucha experiencia que, cuando se enteró de lo del cuervo, descubrió el engaño que les preparaba y fue a explicárselo al cabecilla de los búhos, diciéndole que, con toda seguridad, aquel cuervo se les había unido para conocer sus planes y preparar su derrota, por lo que debía alejarlo de allí inmediatamente. Pero este experimentado búho no consiguió que sus hermanos le hicieran caso, por lo cual, al ver que no lo creían, se alejó de ellos y se fue a vivir a un lugar donde los cuervos no pudieran encontrarlo.
»Los búhos, no obstante, siguieron confiando en el cuervo. Cuando le crecieron otra vez las plumas, dijo a los búhos que, pues ya podía volar, iría en busca de los cuervos para decirles dónde estaban y, de esta manera, reunidos todos los búhos, podrían acabar con sus enemigos los cuervos, cosa que les agradó mucho.
»Al llegar el cuervo donde estaban sus hermanos, se juntaron todos y, como sabían los planes de los búhos, los atacaron de día, cuando ellos no vuelan y están tranquilos y sin recelo, y destrozaron y mataron a tantos búhos que los cuervos quedaron como únicos vencedores.
»Así les sucedió a los búhos, por fiarse del cuervo que es, por naturaleza enemigo suyo.
»Vos, señor Conde Lucanor, pues sabéis que este hombre que quiere aliarse con vos debe vasallaje a vuestro enemigo, por lo cual él y toda su familia son vuestros enemigos también, os aconsejo que lo apartéis de vuestra compañía porque es seguro que pretende engañaros y busca vuestro mal. Pero si él os quiere servir desde fuera de vuestras tierras, de modo que nunca conozca vuestros planes ni pueda perjudicaros y verdaderamente hiciera tanto daño a aquel enemigo vuestro que nunca pudiera hacer las paces con él, entonces podréis confiar en ese pariente despechado, haciéndolo siempre con cautela para que no os pueda resultar peligroso.
El conde pensó que este era un buen consejo, obró según él y le fue muy provechoso.
Y como don Juan comprendió que se trataba de un cuento muy bueno, lo mandó escribir en este libro e hizo estos versos que dicen así:
Al que antes tu enemigo solía ser
ni en nada ni nunca le debes creer.
FIN
TAMBIÉN UNA REPRESENTACIÓN DEL CUENTO XIX Y XXIII :


 Peñafiel. Sepulcro del Infante Don Juan Manuel.Convento de San Pablo



MACARENA SERRANO FELIPE 1ºCTC


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