Primer asalto. Ataca Quevedo.
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CONTRA DON LUIS DE GONGORA Y SU POESIA
Este cíclope, no sicilïano, del microcosmo sí, orbe postrero; esta antípoda faz, cuyo hemisfero zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano; este que, siendo solamente cero, le multiplica y parte por entero todo buen abaquista veneciano;
el minoculo sí, mas ciego vulto; el resquicio barbado de melenas; esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas, éste es el culo, en Góngora y en culto, que un bujarrón le conociera apenas.
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Segundo asalto. Ataca Góngora.
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Anacreonte español, no hay quien os tope. Que no diga con mucha cortesía, Que ya que vuestros pies son de elegía, Que vuestras suavidades son de arrope
¿No imitaréis al terenciano Lope, Que al de Belerofonte cada día. Sobre zuecos de cómica poesía Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos Dicen que quieren traducir al griego, No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego, Porque a luz saque ciertos versos flojos, Y entenderéis cualquier gregüesco luego
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Tercer asalto. Ataca Quevedo.
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Yo te untaré mis obras con tocino Porque no me las muerdas, Gongorilla, Perro de los ingenios de Castilla, Docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino, Que aprendiste sin christus la cartilla; Chocarrero de Córdoba y Sevilla, Y en la Corte, bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía; Aunque aquesto de escribas se te pega, Por tener de sayón la rebeldía.
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Cuarto asalto. Ataca Góngora.
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A don Francisco de Quevedo
Cierto poeta, en forma peregrina cuanto devota, se metió a romero, con quien pudiera bien todo barbero lavar la más llagada disciplina.
Era su benditísima esclavina, en cuanto suya, de un hermoso cuero, su báculo timón del más zorrero bajel, que desde el Faro de Cecina
a Brindis, sin hacer agua, navega. Este sin landre claudicante Roque, de una venera justamente vano,
que en oro engasta, santa insignia, aloque, a San Trago camina, donde llega: que tanto anda el cojo como el sano.
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OTRO SONETO DE QUEVEDO CONTRA GÓNGORA
Y SU VICIO DE JUGADOR
Contra el mismo (Góngora)
Tantos años, y tantos todo el día, menos hombre, más Dios, Góngora hermano. No altar, garito sí; poco cristiano, mucho tahúr, no clérigo, sí arpía.
Alzar, no a Dios: extraña clerecía. Misal apenas, naipe cotidiano; sacar lengua y barato, viejo y vano,
son sus misas, no templo y sacristía.
Los que güelen tu musa y tus emplastos, cuando en canas y arrugas te amortajas, tal epitafio dan a tu locura:
"Yace aquí el capellán del rey de bastos, que en Córdoba nació, murió en Barajas y en las Pintas le dieron sepultura.
QUEVEDO ATACA EL ESTILO DE GÓNGORA Y LOS CULTERANOS (HACIA 1613)
RECETA PARA HACER SOLEDADES EN UN DÍA
Quien quisiere ser culto en sólo un día la jeri (aprenderá) gonza siguiente: fulgores, arrogar, joven, presiente, candor, construye, métrica, armonía; poco, mucho, si, no, purpuracía, neutralidad, conculca, erige, mente, pulsa, ostenta, librar, adolescente, señas, traslada, pira, frustra, harpía. Cede, impide, cisuras, petulante, palestra, liba, meta, argento, alterna, si bien, disuelve, émulo, canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro; que ya toda Castilla con sola esta cartilla se abrasa de poetas babilones, escribiendo sonetos confusiones; y en la Mancha pastores y gañanes, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas.
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